lunes, 25 de julio de 2016

FORD FOCUS



 FORD FOCUS




La tercera generación del Ford Focus llegó al mercado en 2011 y su restlyling lo sustituyó a mediados de 2014. Las novedades se centran en que sea un modelo más tecnológico, además de cambiar ligeramente el diseño (ya adopta el nuevo frontal con la parrilla trapezoidal que inauguró el Ford Evos Concept que ya montan otros modelos de la marca). Emplea motores más eficientes.

Solamente puede elegirse con carrocería de cinco puertas y familiar, llamada Sportbreak. Se trata de un coche noble, con una dirección precisa. Sus suspensiones tienen un gran equilibrio entre comodidad y comportamiento. Su gama de motores es muy completa. En gasolina destaca el 1.0 Ecoboost, que con un litro de cilindrada rinde 100 o 125 CV y consigue consumos propios de un diésel.

A los concesionarios el nuevo Focus llega con nuevos motores de gasolina EcoBoost 1.5 (en variantes de 150 CV y 180 CV. El más potente es el Ford Fiesta ST, que con 250 CV es uno de los referentes del segmento, más allá de por potencia, por comportamiento. La gama diésel abarca motores de 95 a 150 CV (este debe sustituir al de 163 CV). También hay una versión de GLP. Se trata de uno de los más vendidos del segmento, con 11.515 unidades matriculadas en 2013. Su interior destaca por espacio en altura, pero es algo estrecho, sobre todo en las plazas traseras y la visibilidad algo reducida.


En este último restyling se ha optado por mejorar el puesto de conducción, eliminando botones pata dirigir la atención hacia el evolucionado sistema de conectividad integrada Sync 2, con su correspondiente pantalla táctil de alta resolución de color de 8 pulgadas, el control por voz de sus aplicaciones y un mejorado navegador. Sus acabados están en la zona media-alta del segmento, así como su precio. Existen tres niveles de equipamiento: Trend, Titanium y Sport.
Fuente: http://www.coches.com/coches-nuevos/Ford-Focus/

jueves, 7 de julio de 2016

Sales de vacaciones? Algunos consejos.



¿Llevas chanclas? No conduzcas


       


Ropa fresca y cómoda, pausas frecuentes, evitar las horas más calurosas...



Hace poco dábamos una serie de consejos para hacer que los trayectos nocturnos fuesen más seguros. La llegada del verano implica un aumento en las temperaturas y los desplazamientos -Tráfico estima que este verano se producirán 83 millones de viajes de larga distancia- y, con ellas, los riesgos.

Lo importante es llegar tras un viaje ameno para poder disfrutar del merecido descanso. Hemos recogido varios consejos que conviene recordar para hacer que los kilómetros pasen de forma segura y llevadera:


1. Preparación, preparación, preparación

Antes de hacer cualquier viaje de muchos kilómetros, hay que revisar el funcionamiento mecánico del vehículo. Los niveles de fluidos como aceite y refrigerante o el estado de los frenos son fundamentales.

Lo que sí es imprescindible es revisar el estado de los neumáticos. Son los elementos sobre los cuales reposa todo el peso del vehículo y de los que más sufren con el calor (que aumenta con la fricción). Hay que comprobar su presión, desgaste, alineación y 'marcas sospechosas' como grietas para evitar sustos.

También es recomendable revisar el sistema de aire acondicionado, rellenarlo en caso de que lo requiera y revisar los filtros de aire, que suelen cambiarse cada dos años o 15.000 kilómetros.

Antes de salir, conviene planificar la ruta y anticiparse a las congestiones de la carretera y horas puntas.


2. Estar cómodo hace maravillas

Los viajes largos implican estar sentados muchas horas tras el volante, normalmente bajo el inmisericorde sol estival y, a veces, en atascos que parecen interminables. Mantener la calma es importantísimo, y si te pica una etiqueta o los pantalones te hacen sudar, es fácil irritarse y distraerse.

La ropa fresca es tu mejor aliado. Tejidos naturales finos como algodón y lino dejan entrar suficiente aire y no harán transpirar como sus contrapartes sintéticos. Aunque pueda parecer contradictorio, las mangas largas son recomendables, pues evitan el contacto constante del sol en la piel. Conducir sin camiseta no es muy sensato ya que puede causar rozaduras con el cinturón.

Las zapatillas óptimamente serán ligeras y finas, pero siempre cerradas, ya que conducir con chanclas puede comprometer la seguridad de la conducción, al salirse con facilidad o engancharse en los pedales. Si bien no está tipificado concretamente como infracción, dependerá del agente determinar si "los conductores están en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos" y muchos se han topado ya con 80 euros de multa.


3. Helio, el astro Rey

No hace falta que subrayemos la potencia del sol en nuestro país. Pero por ello, conviene evitar conducir bajo las horas cuando más intenso es. El calor afecta tanto a los conductores como a los vehículos, poniendo a prueba su resistencia mecánica. Por ello, siempre atentos al indicador de temperatura del motor.

Hay que evitar las horas más calurosas. Salir con las primeras y últimas luces es una buena idea, la frescura del amanecer suele coincidir con menor congestión y se hace ameno. El mediodía es la peor hora para conducir y, a menudo, es mejor usarlo para descansar a la sombra. Por otra parte, hay que tener cuidado con los rayos rojos del atardecer, pues producen somnolencia.



Hablando del sol, un elemento imprescindible son las gafas. Si tienes miopía, hipermetropía o astigmatismo, unas gafas de sol graduadas te cambiarán la vida a la hora de conducir. Sólo hay que tener presentes los cambios de contraste al entrar en túneles.
4. El viaje

A la hora de salir, hay que procurar no cargar demasiado el coche. Cinco pasajeros, un perro, maletero y baca a rebosar y el aire acondicionado a la máxima potencia no suelen ir aparejados a una eficiencia de combustible o a un control predecible del coche.

Es importante que no reste visibilidad la carga, que cada pasajero tenga sus dispositivos de seguridad bien puestos: si son niños, en su sillita; en el caso de los animales, con la correa enganchada a la fijación del cinturón.

Es conveniente mantenerse hidratado (ni una gota de alcohol, por supuesto) y que las comidas sean ligeras. De hecho, es la excusa perfecta para beber esa maravilla estival que es el gazpacho.

No hay que abusar del aire acondicionado y llevarlo al máximo de potencia con el mínimo de temperatura. El choque térmico es algo muy real, y salir de 17º a 38º al descansar no es agradable. Lo que nos lleva a...
5. Paciencia

No te tomes el viaje como algo negativo que debe acabar cuanto antes. Las pausas para descansar cada dos horas son aliadas para mantenerse tranquilos y concentrados. Es mejor hacer más pausas que circular con prisa iracunda.

Asegúrate de que todo ayuda más de lo que afecta tu paz mental: que la música sea animada pero no agobiante, que los pasajeros tengan sus distracciones para que no se conviertan en las tuyas.

Piensa que tu viaje es la primera etapa de tus vacaciones, no un suplicio inevitable. Disfruta de él y cuando llegues, aparca en la sombra.

Y nunca, nunca, dejes a niños o animales en el coche cerrado al sol.

¡Buen viaje!
 JUAN ROIG VALORMadrid

    @elmundomotor
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